Etiquetas

I

Todas las tardes son una sola tarde;

no logro rescatar los pensamientos,

y los datos concretos se han perdido.

Algunos actos permanecen señeros,

y a su vera se esconden ecos dubitativos.

También se llamó hoy

lo que hoy

se ha comprimido.

Todas las tardes son una sola tarde,

pero la última tarde aún no ha venido.

Podría resignarme a este ayer cercenado

que sustenta mi vida y que cargo a mi espalda;

podría resignarme al temblor en mis manos,

a la sucesión lenta de adioses sin palabras.

Esta tarde también será mañana apenas

un breve tiritar en esta tarde eterna.

II

Extraño laberinto teje el tiempo en el hombre:

le otorga las certezas de un final y un principio,

pero nuestros proyectos cargados de ilusiones

favorecen conjuras que alteran el camino.

Todo queda, no obstante, restablecido,

cuando todas las tardes son una sola tarde,

y en el último ocaso, turbados, nos dormimos.